Macho de corzo. (Capreolus capreolus)
Recién ganada la batalla a la densa y fría niebla, el Sol se dispone a fundir y disipar la helada, cuando el impetuoso macho de corzo sale a inspeccionar su feudo, sin que la reciente y periódica pérdida de sus atributos para la lucha, le amedrente lo más mínimo. Sin las afiladas saetas frontales que le caracterizan, y que muy pronto regenerará, pero tan arrogante y seguro de sí mismo como cuando hasta hace bien poco aún las tenia, pasea orgulloso y vigilante para que nadie usurpe su territorio.
otra gran serie una luz preciosa un saludo
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