Garza real (Ardea cinerea)
A la fresca y verde orilla del río Ambroz, evolucionan despreocupadas y bulliciosas las ubicuas garzas reales, entregadas quizás al lúdico ejercicio de quien asusta más, sin duda motivadas por el enfebrecido temperamento a que las conduce el celo y la consiguiente territorialidad, que se manifiesta sensiblemente más acusada en esta época de galanteos y amoríos ya consumados. Se increpan, y se persiguen como si en ello les fuera la vida, y no llegan luego ni a rozarse las puntas de las plumas. Escaramuzas incruentas que alarman más al ocasional y sorprendido espectador, que a los contendientes involucrados en tan singular e inofensiva refriega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario