Dos jovenes zorrillos juegan a la entrada de la madriguera.
Ya es posible nuevamente disfrutar en nuestros campos de escenas rebosantes de vida y dulzura como la que protagonizan estos dos jovencísimos hermanos zorrunos, que junto a otros dos que no aparecen en la escena, muy pronto competirán en astucia y destreza en el difícil arte de sobrevivir en un mundo regido y monopolizado por la ley del más fuerte, la ley del implacable e intransigente ser humano. Aunque lo más probable es que ninguno de los cuatro integrantes de esta alegre y despreocupada familia lleguen si quiera a alcanzar el año de vida, ni tan siquiera a conocer ni soportar los rigurosos calores del cercano estío. Ya que muy pocos alcanzan a superar el mes de vida.
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