Antonio López Garcia. Fotografía de la naturaleza.

Antonio López Garcia. Fotografía de la naturaleza.
Buscando amigos

martes, 27 de septiembre de 2011

Entre encinas, sombras y berridos.

Crónica de un dia de "BERREA" (Septiembre 2011)

Muy temprano este joven ciervo toma posesión de un pequeño territorio en el que pastan despreocupadas unas pocas ciervas junto a sus jóvenes retoños de este año.

Pero los competidores de mayor tamaño y fortaleza física, no tardan en hacer acto de presencia dispuestos a disputarle las hembras con objeto de transmitir y perpetuar su herencia genética, enfrentándose en incruentos duelos, que en ocasiones se dirimen en persecuciones mas o menos ritualizadas.

Como suele ser natural y lógico, el mas fuerte derroca y expulsa al mas débil. Haciéndose dueño del lugar y ganandose el derecho a cubrir al mayor número de hembras.

Consciente de ello, no se corta el vencedor en clamarlo a los cuatro vientos, dando lugar a lo que se ha dado en llamar "la berrea", que acontece todos los años sobre estas fechas.

Una vez dejado bien claro sus intencienes, nuestro aguerrido gladiador no dejará ni un solo momento de hacer patente su sonora y conspícua presencia.

Todo este alarde no tiene otro objeto que la perpetuación de la especie con los que genéticamente estén mejor dotados. Por lo que en mucho tiempo todo su interés y esfuerzo estará centrado en cubrir al mayor número de hembras.

Gracias a su finísima y extraordinaria sensibilidad, este fornido macho es capaz de percibir y determinar analizando el aire cual de las hembras se encuentra en estado de mayor receptividad sexual.

Y salvo escasísimas excepciones en que es rechazado, no se suele equivocar.

Suele ser frecuente, cuando percibe la presencia olfativa o visual de otro macho, que se arranque en una impresionante e intimidatoria carrera, sin duda con el ánimo de amedrentarlo, cosa que habitualmente consigue, provocando la inmediata huida del asustado animal, sin que tengan necesariamente que llegar al enfrentamiento físico.

Una vez alejado el peligro, vuelve a sus tareas reproductivas, generalmente sin perder tiempo ni para comer o descansar.

Pero no ha resuelto una pequeña batalla, que ya se ve implicado en otra. Viéndose continuamente obligado a dividir sus fuerzas, y demostrando una vez más que es el mejor dotado para transmitir y perpetuar su herencia genética.

No tarda el intruso en comprender quien domina en aquel lugar, y todo se rasuelve con un pequeño forcejeo y una honrosa huida.

Aunque un poco exhausto, no ceja en su empeño de dejar bien claro de quien manda en el fortín que se ha apropiado y defiende tan eficaz y honorablemente.

Insiste una y otra vez en proclamar su presencia. Quiere su poderosa voz, tal vez servir de advertencia para unos, y de invitación y reclamo para otras. Pero sea cual fuere su verdadero propósito, lo cierto es que llena el espacio con una intensidad, que a nadie deja indiferente.

En un instante de absoluta calma, algo nuevo e inesperado alerta sus finísimos sentidos, hasta ahora comprometidos por completo en la ciega, sagrada e inmutable apuesta por perpetuar y mejorar la especie. Y dirige su atención hacia el vacío, que no casualmente ocupo yo, dentro de un informe amasijo de ramas, que no logran amortiguar el escandaloso sonido del obturador, aunque sí, disimular mi presencia.

Se aproxima, y se me paraliza el Alma, pero mientras busca, con la mirada dirigida hacia otro lugar, no puedo evitar disparar una vez más, y tragar saliva, y cruzar los dedos, y que se yo?.

Pero el tiempo apremia y pronto todo vuelve a la normalidad. La normalidad que se puede esperar. No olvidemos que estamos viviendo la berrea desde dentro, desde su más absoluta e impactante intimidad.

Y precisamente esa intimidad que con tanta frecuencia escapa a la atenta mirada del abnegado y paciente observador naturalista, tan ávido de imágenes que reflejen con autenticidad y dinamismo la interesante vida natural, es la que buscamos y nos ofrecen con generosidad, estos bellos y espectaculares animales.

Llega un momento en que se hace necesario intentar incrementar el número de hembras y se ve obligado a explorar territorios próximos.

Llegado este momento, empieza a realizar pequeñas escapadas a zonas colindantes, sin por ello descuidar o perder de vista su pequeño feudo afianzado y cohesionado con tanto esfuerzo.


Aunque tras las breves ausencias, siempre vuelve liderando su pequeño grupo de hembras, que pese a lo que se podría pensar, son totalmente libres de permanecer en el lugar, o abandonarlo en el momento que las apetezca.

Patrulla inquieto por el pequeño encinar, afectado quizás por el desden que al de tiempo empiezan a manifestarle sus compañeras, cansadas sin duda del continuo acoso sexual al que son sometidas por su celoso e incansable compañero.

Nuevamente es atraído por el sonido de la cámara fotográfica, y nuevamente cual si de un reptil se tratara aletargo todo mi metabolismo, al extremo que si fuera posible detener el pensamiento, lo haría, por si pudiera su descontrolada actividad emitir algún ruido.

 
Permanece atento a cuantas oportunidades se le puedan presentar, y a la mínima que acierte a aproximársele un grupito de nuevas ciervas, no duda en acercarse a ellas con objeto de entablar relaciones serias, aunque eso sí, no creo yo que muy estables y duraderas.


NIKON D3. AF-S NIKKOR 500 f/4D IF-ED + TC14.
 RAW-NEF ISO-800 1:350 a 1200s a f 5,6
HIDE, TRIPODE Y CABEZA FLUIDA SACHTLER.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Ansar común.


Ansar común (Anser anser) . Sobrevolando los polder de Santoña 08.01.2011

NIKON D3. AF-S NIKKOR 500 f/4D IF-ED + TC14.
 RAW-NEF ISO-800 1:2500s a f 5,6
HIDE, TRIPODE Y CABEZA FLUIDA SACHTLER.