Aún más blanco si cave.

 Garceta grande (Egretta alba) en vuelo.

Retrato de garceta grande (Egretta alba)

Tiempo de cigüeñas

Cigüeña común (Ciconia ciconia)

Ya se han adueñado una vez más las cigüeñas de nuestros cielos, y como no, de las monstruosas torretas del tendido eléctrico que tanto afean el paisaje rural. Las vemos y las escuchamos como dirían los antiguos lugareños de sus espacios más querenciosos, “machacando el ajo”, que es la forma curiosa que tienen estas aves de saludarse primero en sus cortejos, en sus ceremonias nupciales y después cuando se relevan periódicamente, en la paciente y abnegada tarea de empollar los huevos.

Los campos frescos y verdes con la llegada de la primavera, se vuelven a vestir de impoluta blancura con la presencia de estas familiares aves que en su cotidiana búsqueda de alimento colonizan hasta el último rincón del medio rural que nos podamos imaginar. Acompañando a su inseparable amigo labrador, que deja al descubierto con sus aperos de labranza, muchos de los pequeños bichos de que se alimenta. También se convertirá en un serio azote en charcas, lagos, regatos y ríos de infinidad de pequeños pececillos y sobre todo, de todo tipo de anfibios y reptiles, por los que siente una especial predilección.

Los obsequios de la noche.

Cría de zorro saliendo de su cubil (Vulpes vulpes)

Lechuza común aportando alimento a su descendencia.

Montaje desde donde se fotografió al zorro de la imagen.

 Originalmente concebido también para fotografiar al javali y al ciervo.

Encuentros memorables

Zorro común (Vulpes vulpes)

…¿Solo descansa a la sombra de la vetusta y ajada encina el joven raposillo? o ¿medita, a juzgar por su extraña mirada perdida mas allá de cuanto el ojo puede ver?

¿Intuye acaso, que en ese apartado lugar, tras de la tela vecina y el ramaje que a duras penas la cubre, se esconde otra soledad incluso mayor y mas profunda que la suya? O tal vez, ¿a querido la fortuna sonreírme enviándome a este joven eremita para que me haga compañía?. Y para que mientras se afana uno en descubrir ¿que oculta? o ¿que revela? tan vidriosa y límpida mirada, se convenza, por si no lo estaba ya, de que este precioso animal no puede ser tan malo como lo pintan.

…Que extraña e inadvertida complicidad, la que se crea a sus espaldas, entre el observador y el observado. Entre el fotógrafo y el fotografiado.

…Que al margen queda en ese preciso instante la motivación que hasta allí nos ha llevado y también el resultado.

…Que sutil y embriagadora armonía surge y se apodera de este humilde espectador, que apenas si se atreve entrecortando la respiración, como si de ello dependiera que no hiciera ruido el obturador, a disparar a espaciados intervalos, su máquina de retratar, para así tratar de robar y perpetuar el encanto de tan mágico e irrepetible encuentro.

Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Sigue el ciclo inamovible de las estaciones y con el, el ir y venir de los seres vivos en busca de condiciones mas benignas para reproducirse y salir adelante en la difícil empresa de sobrevivir. Se fueron la ubicuas y escandalosas grullas y vienen a llenar su vacío, aunque en cantidad, ni mucho menos comparable, las escasas, silenciosas y tímidas cigüeñas negras. Pronto nos sorprenderán con su repentina huida al intuir nuestra temida presencia en el somero curso del río donde se afanan en la captura de cualquier pequeño pececillo o batracio que se arriesgue a delatar su presencia en la proximidad de estas hábiles y enigmáticas pescadoras. Y siguiendo la tradición ancestral, genéticamente perpetuada a través de las edades, repararán viejos nidos que ocuparon años anteriores, si criaron allí con éxito y no fueron excesivamente molestadas.