Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Introducción.

Pese a vivir la práctica totalidad de mi existencia, incondicionalmente influenciado por una mágica e irresistible atracción por la Naturaleza; no fue hasta hace 5 ó 6 años,  que decidí hacer mi primera exposición fotográfica, que con el título “Cada imagen una historia”, “Mil historias sin imagen” quise desentramar y poner de manifiesto, las inmensas dificultades que plantea la fotografía de animales y rendir a la vez sincero homenaje de admiración y cariño a toda esa legión de sufridos y abnegados, poco comprendidos, amantes de la Naturaleza, que cámara fotográfica en mano, soportando las mas adveras condiciones atmosféricas, medioambientales, e incluso físicas y psíquicas; casi siempre en solitario y al borde mismo de lo imposible, y con muy poco o ningún apoyo por parte de las instituciones mas afines, afrontan con admirable determinación la difícil empresa de capturar, perpetuar y transmitir esos “encuentros memorables” que tiñen de autenticidad y de belleza nuestra vida.
Quedarán esas vivencias, y esas imágenes tan trabajosamente conseguidas, en su recuerdo; como la mas dulce de las experiencias, por haber logrado paladear el  autentico néctar de la belleza y de la armonía que tan solo el inigualable espectáculo de la Naturaleza virgen nos puede ofrecer. Y quedarán como testimonio, para generaciones futuras, de lo maravilloso que fue  este privilegiado planeta, perdido en la inmensidad del Universo, que no supimos valorar ni mucho menos cuidar.
También quedará para siempre, grabada en el aire a sangre y fuego, la triste incógnita de que fue lo que falló. Y de cuando y como, nos vimos de pronto precipitados en un vacío remoto, oscuro y frío del que no sabemos regresar.
Quiero pensar no obstante, que aun no hemos rebasado la línea de no retorno, que aun es posible restablecer el equilibrio en la Naturaleza y la cordura en nuestras mentes. Quiero pensar que no vamos a ser puestos en la balanza por haber destruido tan irresponsablemente la obra de Dios. Y sobre todo quiero pensar que restablecer el equilibrio no es tanto cuestión de tiempo, sino de actitud y voluntad, porque estoy plenamente convencido de que el hombre es una criatura que enfatiza en si mismo todo lo de malo y bueno que representa y caracteriza este Universo y que como el ave fénix resurgirá de sus cenizas, capaz de reinventarse a si mismo en una vuelta mas alta de la espiral evolutiva, y desde luego, con la lección bien asimilada.

 “…no dejemos tan triste recuerdo de nuestro paso por este todavía maravilloso planeta. Distingámonos como la generación que ha sabido darse cuenta a tiempo del desastre que se nos avecina e invirtamos los términos de nuestra conducta para lograr la perfecta armonía  y coexistencia con cuanto nos rodea. Liberémonos de esa pesada carga que hemos acumulado a través de las edades y que nos impide ver con objetividad el lugar que sin duda nos corresponde ocupar en el armonioso concierto del universo y quizás descubramos que la felicidad es sinónimo de fusión, y en esa fusión encontremos por fin la unidad y la paz. 
    
"A las puertas del paraíso"