Antonio López Garcia. Fotografía de la naturaleza.

Antonio López Garcia. Fotografía de la naturaleza.
Buscando amigos

jueves, 7 de julio de 2011

Retratando los vivos colores de la naturaleza.


 Fotografía analógica de medio formato con objetivo gran angular realizada en alta velocidad.

Montaje con que se obtuvo la imagen anterior del abejaruco.

Han pasado muchos años desde que tomé la iniciativa de realizar una serie de alta velocidad a esta bellísima especie, en cuya hoja de ruta también se contemplaba la posibilidad de hacer fotos de los pollos alimentados por sus progenitores en la entrada del nido, antes de que se emanciparan, pero por falta de tiempo y medios no me fue posible concluir el guión prefijado en su totalidad.
Posteriormente me han surgido incontables ocasiones de retomar el tema, aunque al convertirse en una especie tan sumamente asequible y popular, y haber tanta y tan buena documentación gráfica sobre ella, no me ha motivado significativamente, ni ha vuelto a despertar el mismo interés fotográfico que inicialmente me suscitó. Pero recientemente, tanto insistir un buen amigo mio a quien por nada del mundo desearía contrariar, no he tenido más remedio que recoger el guante, y dedicarle por lo menos una soleada mañana de domingo. Solo que con objeto de aderezar los ingredientes con una salsa algo más picantilla y alegre de lo usual, he querido establecer una comparativa entre la alta velocidad tradicional, y la que nos brindan ahora las nuevas tecnologías, a base de teleobjetivo, grandes ISO y ráfagas mantenidas, algo de todo punto impensable en la no muy lejana, pero casi olvidada era analógica. Lo cierto es que la fotografía digital nos ofrece en la actualidad un campo tan ilimitado, tan sumamente insospechado, que pensar en ello casi produce vértigo.


 La posibilidad de emplear grandes ISOS habre todo un insospechado mundo de posibilidades a la fotografia de acción en la naturaleza.

 Abejaruco (Merops apiaster)

 La verdad es que sorprende el acelerado metabolismo de estas inquietas aves, que no dan tregua a los insectos alados.

Es meritorio la habilidad que poseen estas aves para desproveer del aguijón a sus victimas mas habituales, las abejas, golpeandolas repetidamente contra la rama de su posadero, en actitud muy similar a la que practica su pariente más cercano, el martin pescador, para aturdir a los pececillos de que se alimenta, antes de tragarlos.

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