Siempre, ante situaciones extremas, como las que padecemos estos días de intenso calor, podemos acceder a zonas de relativa umbría, próximas a los cauces del río, donde sin duda seremos sorprendidos por alguno de sus más carismáticos inquilinos, como en este caso la bella y conspicua polla de agua, que suavemente se desliza sobre la tersa y fresca superficie del agua, despertando nuestra más encendida envidia.
Patrulla también por la misma zona el esbelto azulón, que sin duda, y pese a ser menos sedentario que la gallineta, se encuentra seguro y fresco en este sosegado recodo del Ambroz.
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